sábado, 17 de marzo de 2007

LA DIGNIDAD

LA DIGNIDAD

DIGNIDAD. (Del lat. Dignitas,-atis). f. Cualidad de digno.
2. Excelencia, realce.
3. Gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse.
4. Cargo o empleo honorífico y de autoridad.
5. En las catedrales y colegiatas, prebenda que corresponde a un oficio honorífico y preeminente.
Tomado de Diccionario de la Lengua Española.
Real Academia Española.
LA DIGNIDAD

La dignidad más que un valor es una condición; una actitud hacia uno mismo y hacia los demás. Si valores como el respeto, la tolerancia, la justicia, la libertad, la solidaridad, se aplican a la vida de una persona en todas sus acciones, el resultado será un individuo digno.
Quien tiene dignidad, se conoce a sí mismo, sus necesidades, sus capacidades, sus defectos y sentimientos. Así, es capaz de identificar lo que no puede cambiar y trabajar duro en lo que sí puede.
La persona digna se valora y se siente bien con su manera de ser y de pensar. La dignidad y la autoestima siempre van de la mano.

Para ser dignos...
- Sabemos que somos merecedores de amor y respeto. Reconocemos que importamos y que tenemos valor porque existimos.
- Podemos conducirnos a nosotros mismos y controlar lo que nos rodea eficientemente.
- Reconocemos que tenemos algo valioso que dar a los demás. Respetamos y nos damos a respetar.
- Podemos perder la dignidad si…
- Creemos que estamos destinados a sufrir.
- No merecemos amor ni ser felices.
- Le tenemos miedo al éxito.
- Buscamos que los demás aprueben siempre lo que hacemos.
- Sentimos envidia ante la gente que triunfa.
- No confiamos en nuestras propias ideas.
- Admitir que nos equivocamos nos hace sentir menos que los demás.
- No sabemos decir "sí" cuando es necesario y "no" cuando es debido. Obstáculos para la dignidad
- Si nos comparan constantemente con otras personas de mayor éxito.
- Si nos condicionan el amor que recibimos.
- Si recibimos más críticas que elogios.
- Si no aceptan nuestros sentimientos o nos impiden expresarlos.
- Si no nos permiten hacer cosas de las que somos capaces.
- Si abusan de nosotros física o emocionalmente, con palabras hirientes, pues éstas tienen el poder de construir o destruir el respeto que debemos tenernos.Las personas dignas son respetuosas consigo mismas y con los demás, son tolerantes, crecen en sus fortalezas y superan sus debilidades. Son francas y honestas con sus sentimientos. No temen expresar sus sentimientos ni marcar sus límites. Proverbios…Palabras de dignidad: “El hombre no ha nacido para tener las manos amarradas al poste de los rezos.
Dios no quiere rodillas humilladas en los templos sino piernas de fuego galopando, manos acariciando las entrañas del hierro, mentes pariendo brasas, labios haciendo besos.
Digo que yo trabajo, vivo, pienso y que esto que yo hago es un buen rezo, que a Dios le gusta mucho y respondo por ello.
Y digo que el amor es el mejor sacramento, que os amo, que amo y que no tengo sitio en el infierno". (Jorge De bravo, Poeta costarricense).

“El respeto a sí mismo es el indumento más noble y el sentimiento más elevado que pueda caber en el ánimo humano”. (Samuel Smiles)
“Solamente es poderoso con los demás el que lo es consigo mismo”. (Monseñor Tissier)“Para amar hay que estar dispuesto a darse; para darse, es menester poseerse”. (Anónimo)“La impaciencia tiene alas y se pasa de la raya; la intención hace las maletas y pierde el tren; la voluntad sale a pie y llega”. (Condesa Diane)
Los ríos más profundos son siempre los más silenciosos.

De la sabiduría popular: “Véncete a ti mismo y no serás vencido por los otros”, “Algo digno de tener en cuenta…”, “Soy pobre pero digno”.

PersonajeSócratesDigno hasta la muerte

Este pensador ateniense era hijo de Sofroniso, un escultor, y de la comadrona Fenareta. Se dice que aprendió de su madre el oficio de dar a luz las ideas interiores de los seres humanos a través del examen y el diálogo. Sócraes procuró ayudar a que vieran la luz las ideas que cada hombre llevaba en su interior. Su método, conocido como la mayéutica, consistía no en dar nuevos conocimientos a sus discípulos, sino en hacer evidente la verdad de cada uno, que finalmente debía coincidir con la verdad de todos. Él afirmaba que la verdad estaba siempre dentro de nosotros y que, reflexionando, la podíamos descubrir.
Sus máximas “Sólo sé que no sé nada” o “Conócete a ti mismo”, han trascendido el tiempo hasta nuestros días, como verdaderas luces que nos ayudan ser honestos y dignos con nosotros mismos.
Por la agudeza de sus planteamientos y su carácter inquebrantable se ganó el odio de sus enemigos, quienes lo llevaron a juicio público en el año 399 a.C.
Aunque sus amigos le propusieron que huyera, prefirió morir como había vivido, leal a su palabra y a sus convicciones.

(Fuente: Casa Editorial El Tiempo, S.A.)

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31)
Que Dios te bendiga.
Un abrazo
Tu Amigo: Carlos Félix.

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